Las críticas a la metodología empleada para realizar el traslado de
los juzgados de lo civil a sa Gerreria continúan. Si en principio
fueron los funcionarios de la Administración de Justicia que
expresaron sus quejas por la mudanza, ayer algunos abogados se
sumaron a esas protestas.
Antonio Diéguez declaró a este diario que «los traslados siempre
son dificultosos y los expedientes, pese a estar muy bien
ordenados, pueden tener algún problema». «Pero lo más grave de todo
en este traslado al edificio de sa Gerreria», añadió, «son las
diligencias que se suspenden, que se aplazan, se cambian, lo que
puede provocar es que en algunos casos no se cumplan los plazos
como corresponde. La actividad en los juzgados de lo civil no sólo
se paraliza, sino que además, puede distorsionarse. Vamos todos un
poco desconcertados. Esperamos que los plazos de la mudanza se
cumplan lo más rápidamente posible», precisó.
El letrado Salvador Cánovas, por su parte, manifestó que
esperaba que el traslado fuera escalonado, que era lo que se
preveía. «Pero se ha preferido declarar inhábil del 27 de noviembre
al 15 de diciembre. Supongo que habrá sido una decisión meditada, y
espero que esto no provoque demasiados problemas, sobre todo a los
ciudadanos que son los receptores de la Administración de
Justicia», afirmó.
Según Cánovas, «mucho me temo que la parálisis se prolongue
hasta después de Reyes, y creo que la Justicia sufre ya bastantes
problemas, tanto humanos como materiales, como para interrumpir la
actividad durante casi un mes». Según las previsiones, entre
100.000 y 200.000 expedientes serán trasladados hasta la nueva sede
judicial del barrio de sa Gerreria.
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