El portavoz de los socialistas de Palma, Antoni Roig, mantuvo una
reunión ayer con el comité de empresa de la Empresa Municipal de
Aguas y Alcantarillados (EMAYA) ante los que «como miembro de la
junta general de la empresa, me he disculpado por las palabras de
María Crespo cuando responsabilizó a los trabajadores de las
críticas sobre la suciedad de la ciudad».
Roig denunció las condiciones de trabajo, como «el que un sólo
peón se tenga que hacer cargo, en algunas zonas, de barrer hasta 18
kilómetros y 1.500 árboles» y también que entre los trabajadores
hay «miedo a hablar, miedo a represalias y sanciones
encubiertas».
Por todo, se mostró preocupado «al haber confirmado que cosas
que intuíamos son realidad» y, añadió, «ya no nos queda duda de que
lo que le interesa al Ajuntament es la rentabilidad de la empresa,
de ahí sus 423 millones de beneficios en 1999, y no la calidad del
servicio».
El regidor socialista ha abierto un diálogo con los trabajadores
de la empresa de cara a la preparación del pleno extraordinario
sobre limpieza que van a reclamar, «porque son los que más saben de
cómo está la ciudad y lo que necesita en materia de limpieza y se
debe contar con ellos».
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