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Hoy se cumplen setenta y cinco años de la muerte del político mallorquín Antonio Maura, presidente del Gobierno español en diversas ocasiones a lo largo de las dos primeras décadas del presente siglo. Por este motivo, la Acadèmia Mallorquina d'Estudis Genealògics, Heràdics i Històrics la tributará hoy en su sede un acto de homenaje.

Aficionado a la pintura, buen lector, amigo de Benavente, Sánchez Albornoz o Galdós "pese a sus diferencias ideológicas", respetado por pensadores de la talla de Unamuno o de Ortega "aunque éste sólo lo valorase póstumamente", su figura sigue despertando interés hoy en día, por su talante reformista y por estar imbuido de un espíritu regeneracionista que buscaba con honestidad, desde posiciones liberal conservadoras, la modernización de España.

En este sentido, el historiador Javier Tusell, autor del libro «Antonio Maura. Una biografía política», señala: «Lo mejor de Maura es su ejemplo ético y su capacidad para dignificar la dedicación a la vida política. Tenía, como político, una altura considerable y un empaque excepcional». Tusell critica, en cambio, «su excesiva vehemencia, su espíritu de confrontación». Para el historiador, Maura se equivocó en 1909, con su actuación tras la Setmana Tràgica, y en 1913, cuando se negó a turnar con los liberales. «Era profundamente liberal y católico, de un catolicismo reformista en lo social. El mundo del socialista Pablo Iglesias y el de Maura convivían, y ambos políticos estaban muy por encima de los de su época, e incluso diría que están muy por encima de los de la época actual. Ambos contribuyeron a concienciar al pueblo español de todo lo que era necesario cambiar», concluye Tusell.

Por su parte, el catedrático de Història Contemporània de la UIB, Miquel Durán señala: «Lo que más valoro es su etapa como ministro liberal. Supo entender el problema de Cuba, aunque no supo resolverlo», para añadir: «Era un hombre de profundas convicciones, creía en lo que hacía, aunque no siempre actuase con acierto». «Como diputado representó a Mallorca sólo mecánicamente, era un mallorquín trasplantado a otra tierra», resume.