En los nacimientos se han cuidado todos los detalles, los hay clásicos y modernos, grandes y pequeños. Foto: E.B.

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Conchas, rocas, vides... todo vale. Para crear un belén de concurso es suficiente con echarle imaginación y dedicar unas cuantas horas a las miniaturas. Si la propuesta es además natural o ecológica, mucho mejor, y en eso los consellers tienen mucho que decir.

El Ajuntament de Consell organiza por segundo año consecutivo el II Concurso de Nacimientos y Belenes Naturales y Ecológicos que ha contado en esta ocasión con una docena de participantes, niños y adultos que sacan sus mejores figuras del cajón de los recuerdos y añaden un toque personal. El premio: una placa conmemorativa y un lote de productos para engordar las fiestas. El alcalde, Joan Bibiloni, queda fuera de concurso pero muestra orgulloso una composición enmarcada en vidrio que fabricó con sus propias manos el año pasado y que representa al milímetro distintas escenas de la Biblia.

Entre los concursantes, destaca la composición de Aina Cifre, que, utilizando un barril y una hojas de parra, ha creado un curioso nacimiento. «Algunas figuras las tengo de toda la vida "explica" y me gusta imaginar un belén distinto cada año».

Los más pequeños también le han puesto empeño y, ayudados por sus padres, han sembrado, dibujado y reciclado. Los hermanos Jaume y Tomeu Fiol, han construido un espectacular nacimiento en el que el agua corre y el viento hace girar un molino. La propuesta de Roni Ramón incluye un precioso fondo dibujado al óleo y algunas figuras de herencia con más de cincuenta años. Antonia y Jordi Fiol también han trabajado duro, pero no han sido los únicos.

«En el concurso de belenes de Consell "explica el alcalde" lo de menos es el premio. La idea es crear un bonito itinerario en el que casa por casa el visitante encuentra un pedazo de Belén en Consell recuperando así una tradición que va perdiendo terreno frente al menos tradicional abeto».