Aunque fuera la última noche del siglo y del milenio, los servicios de seguridad y de emergencias no descansan. No es una noche más, porque siempre hay más incidentes que en cualquier día del año, aunque en esta ocasión, por fortuna, no hubo que lamentar ningún suceso de importancia.
Durante toda la noche desde la centralita del cuartel de San Fernando se recibieron cientos de llamadas. Cualquier excusa era buena para avisar a la Policía Local, bien por borrachos que hacían ruido, por alarmas que saltaban o por otra serie de incidentes. Pese al trabajo intenso, los agentes tuvieron tiempo para calentar leche y tomar un chocolate ante la larga noche que les esperaba.
En el parque de Bomberos de Palma también se vivió una noche especial. El cocinero se esmeró y preparó una sabrosa lechona a sus compañeros. El mismo ambiente de alegría se vivió en la centralita del 091, donde los policías nacionales coordinaron las patrullas que estuvieron de vigilancia durante toda la noche para evitar las gamberradas. Los servicios sanitarios, tanto del 061 como de las ambulancias de Illes Balears, también trabajaron en una noche tan especial. Los sanitarios estuvieron a la altura de las circunstancias y atendieron a todas las personas que necesitaron ayuda médica.
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