31/01/01 0:00
De farolas, policías y perros
Tras haber sobrevivido al ataque de envidia sana que me dio cuando
las vi tan bellas, rodeando el Passeig Mallorca de norte a sur, en
doble fila, y las comparé con las que tengo en mi calle, no tengo
por menos que en nombre de mis vecinos, y mío propio, que pedir que
nos las pongan, porque, vean qué birriosas son las nuestras. Me
refiero a las farolas, claro está. También me dan ataques de
envidia sana cuando veo por la ciudad a los policías locales
caminando de dos en dos y en mi barrio hace meses que no los vemos
ni de uno en uno. Y también me como los codos de envidia cuando
observo cómo los perritos hacen su caquita sobre el maravilloso
césped que han puesto en dicho paseo "el de más caquitas perrunas
de la ciudad", mientras que en mi barrio no pueden, pues no hay ni
un mal jardincito. Por cierto, que localicé ayer a María Crespo en
Madrid y le pregunté si iban a poner un impuesto sobre tenencia de
perros. No, me dijo. Primero, porque no quieren gravar una de las
mejores compañías que tiene el hombre y, segundo, porque en época
del PSOE se puso uno de 3.000 pesetas que se tuvo que quitar al no
funcionar.
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