En la Administración autonómica "sin contar Enseñanza" trabajan en
estos momentos más de 600 interinos (alrededor de un 30%) fruto de
los años que han pasado sin convocatoria de oposiciones. Uno de los
objetivos anunciados por el conseller d'Interior, Josep Maria
Costa, es precisamente regularizar el empleo dentro de la
Administración autonómica y en este sentido quiere acabar con el
alto número de interinos. Costa señala que el interinaje es empleo
precario con el que hay que acabar y marca un tope del 5% (menos de
un centenar) para el final de la legislatura, suficiente para las
necesidades que vayan surgiendo entre oposición y oposición que se
convocarán con carácter anual.
La convocatoria de una oposición libre, en lugar de un concurso
oposición, ha echado al traste las aspiraciones de cientos de
interinos que prácticamente hubieran logrado la plaza al puntuarse
los años que llevaban en la Administración como interinos.
Interinos y ciudadanos de la calle tendrán en las oposiciones
libres las mismas ventajas de partida.
Una vez concluyan estas primeras oposiciones quedará asimismo
regulado el acceso a la Administración como interino. El Govern
convocó entre 1999 y 2000 pruebas para ser interino, garantizándose
de esta forma unos criterios de igualdad, mérito y capacidad que el
Pacte de Progrés ponía en entredicho del Ejecutivo del PP. El
bolsín de interinos surgido de esas pruebas desaparecerá cuando
acaben las oposiciones y la Administración contratará interinos "en
caso de que haga falta entre tanto llegan unas nuevas oposiciones"
de entre aquellas personas que aún aprobando las oposiciones no
consigan plaza en la Administración.
Interior considera que la Administración debe dar ejemplo y
deben ser los primeros en fomentar el empleo fijo en lugar de un
empleo precario y máxime si se quiere mejorar la calidad y servicio
que se ofrece.
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