Un grupo de internos del centro reivindicó mejoras en un carnaval que llegó al Insalud y Conselleries de Sanitat y Benestar.

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Y puede que fuera ayer cuando dichas jornadas alcanzaran su punto culminante con el passacarrers que arrancó desde el Psiquiàtric y que recorrió algunas calles de Palma, pasando por las sedes de Insalud, Conselleria de Sanitat y Benestar Social. Naturalmente, Es Garrover no estuvo solo en tan magnífica experiencia. Colaboraron la Academia della Follia, de Trieste, entre cuyos actores de calle se encontraban ex internos del psiquiátrico de San Giovanni, y una banda de música de Bremen, denominada Gunmi Band, en la que también había músicos con deficiencias psíquicas, pero integrados en el grupo.

Abrían el cortejo la orquestina alemana, seguida de los de la Academia, y lo cerraba la gente que agrupa Es Garrover e internos del Psiquiátrico de Palma, además de médicos, familiares y voluntarios, todos disfrazados de la forma más dispar, como la princesa que nos contó que su príncipe azul «no ha venido pues ha ido a ver a su madre que está sola», o aquel joven metido en cota de malla cual héroe medieval, o el barbudo caballero disfrazado de médico, que nos confesó: «No estamos todos "se refería a los internos", sino que somos un grupo selectivo», añadiendo «que es bueno reír, y también reírse de uno mismo».

La gente, observándolos, quedaba sorprendida. «Y si supieran quiénes somos "nos decía una chica ataviada de mora" más sorprendidos quedarían». Iban en orden, algunos cantando detrás de la orquesta que no cesaba de tocar. Al verlos, había que pensar que puede ser cierto lo que pregonaban: menos barreras, menos medicinas y más divertimiento, pues ahí estaban los resultados. De vez en cuando aparecía uno con el brazo envuelto en llamas y sembraba un poco la alarma entre conductores y caminantes, pero que enseguida apagaba.