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Jaume Ros, quien ha dedicado toda su vida a la defensa del catalán, llegó ayer a Palma para pronunciar la conferencia «Plurilingüisme i normalització del català a Andorra» incluida en el ciclo «La llengua catalana a Europa», organizada por la dirección general de Política Lingüística del Govern en el Centre de Cultura de sa Nostra.

La dedicación de Ros a la lengua y cultura catalana fue reconocida en noviembre del año 2000, en Andorra, con el «Premi Jaume I d'Actuació Cívica». La vida de Ros es calificada por quienes le conocen bien de toda una aventura. Al iniciarse la Guerra Civil española, el joven Jaume Ros decidió afiliarse a Estat Català y se incorporó como voluntario en la columna Macià-Companys, combatiendo en el frente de Aragón.

Después de unos años de guerra y vicisitudes en Catalunya pasa algún tiempo de exilio en París. Cuando los nazis ocupan media Francia el joven Ros es trasladado a Alemania para realizar trabajos forzados en una fábrica alemana. «En aquella época yo tenía viente años y veía el mundo como una gran aventura. Cuando acabó la guerra me instalé en Andorra, aunque yo nací en Gramunt (Lleida), tenía 23 años y he dedicado más de cuarenta años de mi vida a crear una empresa de importación», comenta.

Lo que más preocupa a Ros es la situación del catalán en Andorra y en el resto de los países que tienen el catalán como lengua materna, que él no duda en calificar como Països Catalans. «Por lo que he podido comprobar en esta visita a la Isla, la situación del catalán en Andorra está tan mal como en Mallorca», afirma Ros y añade que «las lenguas minoritarias tienen problemas porque no tienen poder y con la extrema derecha gobernando España la situación es cada día peor», dijo Ros.