TW
0

Con motivo del Dia de les Illes Balears ayer se entregaron las Medalles d'Or de la Comunitat y los premios Ramon Llull, en un justo reconocimiento a aquellas personas que han trabajado y se han significado en nuestra sociedad. En este acto central de la efeméride, el president Francesc Antich pronunció un discurso del que caben destacar algunos aspectos muy significativos con vistas al futuro próximo. Realmente importante es su defensa de la identidad propia cuando afirmó que «si no defendemos nuestra identidad, con convicción y firmeza, corremos el riesgo de perder el lugar que nos corresponde», pero esto no significa exclusión, por cuanto defendió que «dentro de nuestra realidad interinsular, hemos decidido que queremos un modelo integrador y colaborador».

Antich apuntó a un modelo de Estado español de carácter federal en el que «todas las nacionalidades puedan sentirse cómodas desde el respeto a las diferencias y a las discrepancias», unas discrepancias que lejos de ser un obstáculo son el «origen del diálogo». Antich apostó claramente por el federalismo frente a la tesis más ambigua adoptada por Rodríguez Zapatero en su conferencia pronunciada en Palma.

El president de la Comunitat pedía a los ciudadanos que «no traicionemos a la tierra», porque un pueblo que traiciona a sus raíces «no se respeta a sí mismo ni sabe hacerse respetar». Pidió también una revalorización de nuestra autoestima y que evitemos caer en el pesimismo.

Como señaló Antich, el Dia de les Illes, pese a que muchos ciudadanos desconozcan su auténtico sentido y sea un simple festivo más, es un buen momento para reflexionar sobre el proyecto de país, con un largo camino aún por recorrer. Todo ello sin obviar los hechos diferenciales de todas y cada una de las islas, Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera, diferencias enriquecedoras que hay que contemplar y tener muy en cuenta para construir el futuro de nuestro país.