Un pisapapeles con un caracol de plastilina «para pisar a los papeles que si no se vuelan y se le escapan a mi padre»; un cuadro, También «de caracol», pintado por los dedos de los niños de tres años con mucho cariño y trabajo; un guardasobres para los papeles importantes; coches y un tren «para que papá se acuerde de mí porque son para colgarlos cuando va en el coche con mi foto»...
Todos estos regalos han preparado los niños de párvulos y Educación Primaria del colegio San Vicente de Paúl de Palma. Y han pasado tres o cuatro días trabajando con mucha ilusión para dar una alegría a papá. Pero como hasta mañana no es el Día del Padre, los han escondido muy bien para que nadie pueda encontrarlos «porque ya no sería una sorpresa». Erika lo tiene en lo más oscuro de un armario; Vicente afirma haberlo guardado en la nevera y, la mayoría, ha tenido la «buena idea» de ocultarlo debajo de la cama.
Y además ya tienen pensado cómo felicitarán a papá el lunes por la mañana, cuando se levanten y le entreguen el regalo: «Gracias», dirán algunos; «¡No, no se dice gracias!», explica la profesora. «¿Qué se dice?... De nada»... «No, de nada no. Se dice felici... «Feliz Navidad», le dirá Alejandro.
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