Los partidos políticos de Balears matizaron ayer la declaración
realizada por la OCB según la cual la masiva llegada de inmigrantes
pone en peligro la pervivencia del catalán. El PSM coincidió en
parte con los planteamientos de Antoni Mir, si bien, al mismo
tiempo, precisó que ello no supone un rechazo a la inmigración, ya
que ésta supone un reto para que las administraciones públicas
apliquen políticas de integración que den sus frutos, según aseguró
la vicepresidenta del Consell, Maria Antònia Vadell.
El secretario general de UM, Bartomeu Vicens, también opinó que
la masiva llegada de inmigrantes supone un problema para la
normalización lingüística ya que las administraciones deben
redoblar sus esfuerzos para conseguir que haya una integración
efectiva. Sin embargo, PSOE, PP y EU aseguraron que no comparten
los comentarios de Antoni Mir. Para Francina Armengol (PSOE) son
declaraciones desafortunadas, mientras que Miquel Ramon (EU) las
calificó de «inoportunas». Joan Flaquer (PP) aseguró que la
inmigración es un problema real y las sociedades prósperas están
obligadas a darles acogida «dentro de unos límites».
Para la socialista Francina Armengol, se trata de unas
declaraciones desafortunadas ya que no son los emigrantes los que
ponen en peligro el catalán. Por otra parte, la Obra Cultural
Balear precisó ayer que «la valoración de la incidencia del
fenómeno inmigratorio en el retroceso de conocimiento y uso de la
lengua catalana en Balears se refiere tanto al alud de nuevos
residentes de la Unión Europea (inmigración «rica», para
simplificar) como a extracomunitarios». Además, señala que la
inmigración no es la causante sino que hay otras razones de mayor
peso como «la falta de previsión de los gobernantes y de la
sociedad hacia su integración que no es sólo escolar sino también
social».
El director general de Política Lingüística del Govern, Joan
Melià, aseveró que «en una situación como la nuestra en que hay
contacto de lenguas y en que la lengua propia del territorio está
en regresión, el fenómeno de la inmigración añade complejidad a
esta situación». Melià señaló que la inmigración no es causante de
la situación lingüística sino que es «un elemento más» que se
sumaría a una deficiente involucración institucional y social.
CC OO, por su parte, condenó las manifestaciones de la OCB y
mostró su indignación. «Las manifestaciones de Antoni Mir son muy
parecidas a las declaraciones no tan lejanas de la señora Ferrusola
en Cataluña y denotan, al igual que hizo el insigne señor Barrera,
una mayor sensibilidad hacia la lengua, en este caso la catalana,
que hacia las personas inmigrantes». La Plataforma por la
Convivencia dijo no creerse las declaraciones de la OCB ya que
señalaron existe plena sintonía entre ambas instituciones.
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