La saturación veraniega en las principales zonas turísticas de
Balears «empeoró» en el año 2000 con respecto a 1999, y los
visitantes consideran que esa «es una cuestión a mejorar por los
responsables de la actividad vacacional en las Islas». El estudio
de la Cámara de Comercio de Mallorca, Eivissa y Formentera no deja
lugar a dudas sobre la opinión negativa de los visitantes hacia lo
que consideran «exceso de turismo y construcción». Esta percepción
negativa de la saturación veraniega se refiere tanto a la faceta de
«exceso de gente (1'5%), como al «exceso de construcción (1'9%), y
en tercer lugar se refiere al medio ambiente, como excesivo uso de
plásticos y atentados paisajísticos (0'5%).
El estudio revela, asimismo, que el primer motivo histórico de
queja entre los visitantes, que era el de «precios demasiado caros»
(fuera del alojamiento) al principio de la década de los noventa,
ha vuelto con renovada energía y ocupó el segundo puesto (3'1%) en
la clasificación de quejas durante la pasada temporada. Este cambio
notable, según el informe, «está causado especialmente por el
turismo británico que viaja con una libra revaluada desde 1997,
aunque las quejas continúan centradas en los precios abusivos de
bebidas refrescantes y agua mineral, especialmente en aeropuerto y
discotecas».
El tercer apartado en las reclamaciones de los turistas fue para
la suciedad, que supuso el 3'0% de las quejas. Ese porcentaje
empeoró un 0'5% su cuantificación porcentual, y debido tanto a la
percepción de un deficiente tratamiento de los residuos de la
propia actividad turística en las zonas de uso público (plásticos,
envases de bebidas, etc.) como a un empeoramiento de la limpieza de
los lugares públicos (1'9%), incluyendo la deficiente limpieza de
las playas (1'2%) en comparación con el año 98 (las obras del Plan
Mirall han tenido parte de la culpa en esta percepción en las zonas
urbanas), según el estudio.
El exceso de ruido también fue motivo de preocupación para los
visitantes (2'2%), ya que ese apartado muestra un empeoramiento
continuo desde 1989 y aumentó el nivel de quejas en un 0'3%. Las
quejas, como siempre, se refieren especialmente al nivel de ruido
nocturno y se denuncia con insistencia los ruidos producidos por
música al aire libre. El problema del ruido ocupaba el quinto lugar
en 1990.
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