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El director general d'Economia del Govern balear, Antoni Monserrat, calificó de «suicidio» una hipotética subida de precios por parte de los empresarios en la búsqueda de beneficios rápidos. «Quiero creer que la clase empresarial de las Islas no actúa bajo ese criterio», precisó. Esta Comunitat fue la más inflacionista el pasado mes de marzo con un 1'7% de aumento del IPC. «Quiero pensar que los empresarios no están subiendo los precios por encima de lo razonable, porque entonces, estarían 'suicidándose'. Debo creer que esta subida de precios está provocada por el encarecimiento de costes, y no por el deseo de aumentar sus beneficios. Esto sería pan para hoy y hambre para mañana», dijo Monserrat.

Añadió que «uno de los elementos que destaca en la subida de precios en nuestra Comunitat es el de la vivienda y, en concreto, no es tanto la vivienda en sí, sino de todos los elementos que la conforman, especialmente la calefacción y el agua». Dijo que «también ha influido la entrada en vigor de las nuevas tarifas oficiales del agua obtenidas de desaladoras, con un crecimiento de hasta el 27%».

Monserrat reiteró que al Govern le preocupa que Balears tenga, en estos momentos, «la inflación desbocada». «Llevamos una subida de 1'7 puntos en apenas tres meses. El componente de productos turísticos (hoteles, oferta complementaria) ha subido de forma elevada, y en estos momentos estamos hablando de un 6'1% en términos interanuales, frente a la media nacional del 4'9%. Esto es algo típico de cada principio de año en estas épocas. En el primer trimestre siempre se da un crecimiento de los precios que luego, al terminar el año, se ve mermado», indicó. El director general d'Economia aseguró que «desgraciadamente, el Govern no tiene competencias suficientes como para influir sobre los precios». «Lo que está claro», dijo «es que un crecimiento de los precios absolutamente es muy negativo para nuestra economía ya que nos hace anticompetitivos. El turista no vendrá con precios caros».

Añadió que «no es bueno para nuestra economía el crecimiento inflacionario, tanto para los bolsillos de los ciudadanos, como incluso para la economía en el sentido más amplio. Las empresas tiene que comprar más caro, por tanto, sus productos no serán competitivos».