En plena precampaña electoral vasca se ha desatado la polémica
por el tratamiento informativo que hace de la misma Televisión
Española. PSOE e Izquierda Unida han criticado duramente el
seguimiento que realiza la televisión pública estatal de todo el
proceso previo a los comicios del próximo mes de mayo. Para los
socialistas, el ente público se limita a informar de las críticas
que vierte su partido contra el PNV y destaca los puntos de acuerdo
con el PP, en tanto que omite cualquier referencia cuando éstos
quieren marcar diferencias con los conservadores. Eso, además de la
intensa campaña de demonización del nacionalismo vasco
democrático.
Esta situación es claramente perceptible por cualquier
ciudadano, que puede darse perfecta cuenta del sesgo que adquieren
las noticias en torno al proceso preelectoral en Euskadi en la
televisión estatal. Y, precisamente, ahí reside la gravedad de este
asunto. Tratándose de un medio de comunicación público no es
admisible que se favorezca a una formación política concreta, en
este caso el PP, en detrimento del resto. Naturalmente, no se trata
de un caso concreto o esporádico. Desgraciadamente, los sistemas
actuales de control del ente público permiten que el Gobierno de
turno ejerza un férreo control de la información en beneficio
propio, olvidándose por completo de que se trata de un servicio
público y, por tanto, debe ser no sólo objetivo, sino además debe
contar verazmente cuanto dicen y opinan todos los partidos. En
ningún momento puede olvidarse que por minoritaria que sea una
formación política, se trata de la representación legítima de los
intereses de los ciudadanos que les han dado su apoyo. No es por
ello legítimo ni razonable menospreciar a partidos tan importantes
como el PNV, mayoritario en Euskadi, o al PSE-PSOE.
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