Las organizaciones ganaderas de Mallorca, y algunos ganaderos a
nivel individual, mostraron ayer su indignación por la postura de
Joan Pons Anglada, ganadero y presidente de la Asociación Agrícola
y Ganadera de Menorca, Fagme, que ha obligado a los técnicos del
Consell Insular a retirar dos vacas de dos de sus explotaciones sin
hacerle los tests priónicos para detectar el mal de las «vacas
locas».
El pasado jueves, día 19 de abril, según recogió Ultima
Hora Menorca, falleció una vaca de nueve años en la finca
Torre Calafat y, un día después, sucedía lo mismo con otra res en
ses Angoixes. El propietario, uno de los dirigentes agrícolas más
conocidos de Menorca, se negó a que se les realizaran los tests
priónicos y la consellera de Agricultura del Consell Insular, Ester
Riudavets, cedió porque era la única forma para que los
veterinarios pudieran retirar los cuerpos.
La intención de Pons Anglada es que los cadáveres de los
animales sean congelados y posteriormente incinerados, como si se
tratara de materiales específicos de riesgo. El enterramiento
controlado, en este caso, no es posible ya que una de las
condiciones indispensables para llevar a cabo esta medida es la
realización de tests.
Este incumplimiento de la normativa «aceptado» por el Consell de
Menorca amenaza con provocar una rebelión en Mallorca ya que los
ganaderos aseguran que si en Menorca no se van a realizar los tests
aquí tampoco van a permitirlo. El sector argumenta, en este
sentido, que si una de las reses muertas da positivo en el test se
tienen que sacrificar todas las vacas de la finca por lo que no
están dispuestos a asumir el riesgo y más tras el precedente
menorquín. Ante la posibilidad de los ganaderos de Mallorca sigan
el ejemplo de sus homólogos de la isla menor, la Conselleria
d'Agricultura instará oficialmente al Consell Insular de Menorca
para que realice los tests a los dos animales.
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