Los jóvenes entrevistados con su correspondiente móvil. Foto: TERESA AYUGA.

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«Bip, bip». Se cierra un libro, y una ligera luz verde despierta las pupilas. «Ola! A q ora kdamos?!». Esto es lo que reza la pequeña pantalla de un móvil, semejante a una de esas notas que pasaban de mano en mano en los antiguos colegios. Es el nuevo argot que utilizan los adolescentes para comunicarse entre ellos, a través de los mensajes de texto entre teléfonos móviles. Una modalidad lingüística que se está adueñando del habla de los más jóvenes.

Esta peculiar forma de lenguaje surgió de una necesidad económica (una llamada a móvil cuesta unas 190 pesetas, mientras que un mensaje sólo 25). Pero existía un problema; la pantalla de los móviles sólo admite un total de 160 caracteres; por lo que era necesario economizar en cuanto a letras. Se teme que este nuevo lenguaje pueda alterar en un futuro no muy lejano la estructura actual de la lengua, tanto castellana como catalana.

Maria Antonia Trobat, una estudiante de 21 años, arremete contra esta idea afirmando que «no es para tanto; es como coger apuntes: la gente inventa sus propios signos y, a la hora de escribir bien, no se ponen abreviaturas». A su vez, Ana Rubio de 18 años piensa que estos cambios lingüísticos sí podrían afectar a la lengua, pero en un largo plazo de tiempo, «de momento es sólo un argot entre jóvenes». Por otra parte Isabel Bonet, profesora de lengua castellana, opina que este nuevo lenguaje es «sólo un sistema diferente de representar palabras, que además es muy ingenioso y creativo».

Este nuevo lenguaje, carente de reglas, es algo espontáneo que surge del ingenio de los usuarios. Aunque ya están empezando a surgir diccionarios virtuales, que recogen las normas básicas. Es el caso del libro inglés «Ltle bk of txt msgs» (Pequeño libro de los mensajes de texto).