Balears tardará en recuperarse de la fantasmal pesadilla vivida
desde el pasado viernes, cuando la flota del transporte turístico
paralizó los tres aeropuertos de las Islas. Mientras la calma
volvía anoche lentamente al sector, el conflicto sigue latente. El
balance es desolador.
Ayer, la media de retrasos en los vuelos se disparó hasta las 24
horas propiciada por el 'efecto dominó ' de los trayectos
realizados por las compañías aéreas desde el pasado viernes. La
congestión se trasladó a las terminales de salida, donde 8.000
pasajeros se congregaron ayer, colocando en peligro la operatividad
de Son Sant Joan. El director del aeropuerto de Palma, Mariano
Menor, estuvo a un paso de ordenar el cierre de las instalaciones
ante el peligro del colapso, pero el sector turístico le convenció
de lo contrario, según confirmó a Ultima Hora un
directivo del sector que prefirió anonimato. Para impedir una
catástrofe mayor, el centro de control de Son Sant Joan redujo, en
algunos momentos de la mañana, a 11 la entrada y salida de
aeronaves, es decir, la mitad de lo habitual.
El momento más crítico se registró a primeras horas de la mañana
de ayer. Cientos de turistas realizaron kilométricas colas que
daban la vuelta a la Terminal para esperar, durante horas, un taxi
que les trasladara a sus respectivos destinos vacacionales.
Entonces, sólo habían operado 46 de los 706 vuelos previstos, con
un total de 100.000 pasajeros.
En pleno punto de inflexión del conflicto, los aeropuertos
alemanes y británicos admitían las dificultades para volar a
Mallorca. En Fráncfort tenían retrasos de hasta 14 horas. «La mayor
parte de los pasajeros están irritados, pero estaban preparados
para los retrasos», según dijo a Efe un portavoz de la Agencia de
Viajes Thomas Cook.
Posible multa por incumplir servicios
mínimos
Una de las cosas que más ha llamado la atención en esta huelga ha
sido la ausencia de servicios mínimos pese a que fueron decretados
por el Govern (un 80% para los traslados con origen o destino en el
aeropuerto). El Ejecutivo autonómico estudia posibles sanciones
contra las patronales y los sindicatos ya que a ambos los considera
responsables de su incumplimiento. Y es que, la patronal no asignó
servicios a los trabajadores por miedo a que los autocares fueran
apedreados por los piquetes como así habían amenazado los propios
huelguistas. Delegación del Gobierno había mostrado su disposición
a custodiar los autocares.
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