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El rector de la Universitat de les Illes Balears (UIB), Llorenç Huguet, consideró ayer un «despropósito» la obligación de que todos los rectores abandonen su cargo y convoquen nuevas elecciones a los seis meses de aprobarse la nueva ley de universidades Esta imposición viene establecida por una disposición transitoria incluida por el Gobierno en el todavía anteproyecto de ley de universidades. Huguet participó el jueves en Madrid en la reunión de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), en la que se puso de manifiesto la contundente y unánime oposición de este colectivo a esta pretensión.

El rector balear, como otros muchos rectores de otras universidades españolas, opinó que «se trata de una medida nada meditada y de la que se desprende la impresión de que ha sido tomada por alguien que conoce muy poco la universidad». Todo este procedimiento que se exige «supondrá paralizar, o cuando menos ralentizar, la universidad durante dos años y sumergirla en un proceso electoral que resultará muy costoso en recursos y tiempo».

Además de «abrir la universidad en canal durante dos años», Llorenç Huguet mostró su temor ante el hecho de que esta ley del Gobierno «desviará a los miembros del claustro y a toda la comunidad universitaria de su tarea prioritaria que es la docencia y la investigación». Al respecto de las acusaciones de la propia ministra de Educación, Pilar del Castillo, de «exceso de protagonismo» por parte de los rectores ante las quejas, Huguet resaltó que «es absurdo interpretar la postura de los rectores españoles en contra de esta obligación como una defensa a ultranza de sus cargos, ya que en todas las universidades estos puestos se eligen cada cuatro años, una vez se ha pasado por todo un proceso electoral».