Alrededor de cien personas acudieron ayer a la concentración
pacífica convocada por la asamblea «Barri pacifista» para protestar
por la muerte del joven manifestante antiglobalización Carlo
Giuliani, que murió anteayer en Génova como consecuencia del
disparo de un carabinieri. Ésta es la primera víctima mortal de las
protestas antimundialización, que se iniciaron en Seattle hace dos
años. En la ciudad italiana tiene lugar durante estos días la
cumbre del G-8, integrada por los países más desarrollados
económicamente del planeta.
La concentración tuvo lugar frente al Consulado de Italia en
Palma poco después de las doce del mediodía y se prolongó durante
unos quince minutos, sin que tuvieran lugar incidentes. Durante la
concentración se guardó un minuto de silencio en memoria de Carlo
Giuliani.
Los manifestantes portaban una pancarta con el lema «Un altre
món és possible» y gritaron en diversos momentos de la
concentración «¡Policía, asesina!», «¡Asesinos!» o «Si esto es
democracia, que viva la anarquía». Durante la concentración, la
placa del consulado italiano fue pintada con spray negro y en la
entrada del edificio, en el suelo, también se pintó con spray la
palabra «Asesinos» y se situó un ataúd de cartón. Asimismo, un
joven se tendió en el suelo, para que unos compañeros suyos
dibujasen la silueta blanca que se pinta cada vez que alguien ha
muerto de manera violenta.
El portavoz en Mallorca del movimiento en contra de la
globalización económica «Attac», Josep Suárez, señaló que «la
muerte de este joven no fue un accidente, fue un asesinato», dijo,
y añadió: «No se puede permitir que estas fuerzas asesinen a los
propios ciudadanos». «Los políticos que se han reunido en Génova
han firmado sus acuerdos con la sangre de un joven de veinte años»,
prosiguió, para concluir: «Es necesario un movimiento pacífico,
fuerte y solidario».
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