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MIQUEL FÈLIX La presencia en Morell de Christina Steiner y su hija Sophia, de tres años de edad, era vista como un obstáculo por la familia Victory tras haberse comprometido a alojar a José María Aznar y la comitiva presidencial en agosto. La que fuera guardesa de la finca ocupaba desde el mes de marzo la casa del payés, anexa a la señorial, que estos días será utilizada por personal de seguridad. Christina y su hija llevan desde el 4 de julio durmiendo en un sofá en casa de unos amigos. La escasez de viviendas en alquiler y los precios desorbitados la han forzado a tomar la decisión de vivir en el camping de Son Bou. Mientras, las pertenencias que guardaba en la casa siguen amontonadas en un almacén de Maó.

Christina Steiner recuerda con tristeza que ellos se encontraron con la casa casi abandonada y un jardín que parecía una selva. «Ahora el presidente estará mucho más a gusto gracias a nuestro trabajo», explica. Con la orden de desahucio presentada ante la Guardia Civil y los continuos requerimientos para que abandonara la finca, Steiner cuenta que «llegó a venir la policía judicial y me anunciaron que si no me iba de la finca iban a coger a mi niña y se la llevarían a un centro de menores». A primeros de julio acabó saliendo por propia voluntad. Mientras, un camión se encargaba de trasladar sus pertenencias a un garaje de Maó. «Entonces los Victory me dieron 50.000 pesetas para que me buscara la vida en un hotel», cuenta.

La presencia de esta joven alemana en Morell se remonta a marzo. «Hicimos un contrato verbal con Luis Victory para hacernos cargo del mantenimiento del jardín, que llevaba mucho tiempo abandonado. A cambio pudimos estar viviendo en la casa sin pagar». Cuando se separó del padre de su hija, los propietarios de la casa la instaron a buscar a otras personas para que la ayudaran en los trabajos de mantenimiento. A finales de mayo había encontrado a un jardinero y un grupo de cuatro jóvenes que, además, se encargaron de empezar a pintar la casa. Fue entonces cuando sucedió algo que cambió los planes de la familia Victory con la finca. Según el relato de la guardesa, le dijeron que podía empezar a hacer las maletas e irse «porque esperaban gente para julio y agosto».