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Han causado sorpresa y cierta alarma los datos que se desprenden el Plan Director de Aeropuertos elaborado por el Ministerio de Fomento, en Madrid, que plantean una hipótesis de crecimiento del flujo de pasajeros a Mallorca de hasta 38 millones de aquí a quince años. La cifra, desde luego, es impactante, pero hay que analizar las cosas en su contexto, sin sacar las ideas de quicio. Ocurre que desde el Gobierno las previsiones de inversiones deben hacerse con notable anticipación, especialmente en sectores de tanta envergadura como son los aeropuertos, y ocurre también que la extrapolación de datos se efectúa en base a estadísticas ya conocidas, de años anteriores.

De ahí la cifra de 38 millones de pasajeros, a todas luces exagerada. Pues para establecer ese baremo se han empleado las tablas de pasajeros de la última década, que es precisamente cuando más ha crecido el número de visitantes que pasaron por el aeropuerto. Sin embargo, este mismo año la cifra parece estancarse y probablemente seguirá así durante un buen período, pues en la actualidad se alcanzan los veinte millones de pasajeros y es un número suficiente. Y eso es precisamente lo que ha llevado a algunos a alarmarse, el hecho de que mientras las políticas autonómicas tienden a moderar el número de turistas en favor de la calidad, desde Madrid se prevén multiplicaciones insólitas de visitantes.

Se trata de una visión política y politizada de la realidad que nada tiene que ver con los hechos. Pues lo único cierto es que Madrid invertirá cantidades millonarias en Son Sant Joan en previsión de cierto crecimiento y, de no producirse éste, las inversiones, obviamente, serán distintas y siempre para mejorar el aeropuerto. Bienvenidas sean pues las inversiones pero sin cifras desorbitadas de pasajeros. Así que con este planteamiento ganamos todos.