Entender la caza como una forma de conservar la naturaleza y de aprender las costumbres tradicionales de la cultura mallorquina. Éste es el objetivo del primer campamento de jóvenes cazadores que durante este fin de semana se está desarrollando en la finca Son Albertí del Consell Insular de Mallorca. Quince niños de entre 12 y 16 años de edad aprenden desde ayer sábado las técnicas y artes tradicionales de la caza en Mallorca, a la vez que «desarrollan una actividad sostenible de la cinegética y el medio ambiente», como así reconoció ayer el gerente de la finca, Antoni Mas.
Quince chavales entusiasmados con la idea de pasar un fin de semana de campamento en el que podrán aprender desde la caza con el perro ibicenco hasta la caza con el perro de muestra, pasando por clases teóricas de seguridad con armas de fuego. Un proceso de aprendizaje que será combinado, en todo momento, con la enseñanza de las costumbres de los payeses. Algo nuevo para estos niños, que en su gran mayoría residen en poblaciones urbanas como Palma.
El campament, pionero en Balears, ha tenido gran éxito de peticiones, y según informa los monitores de la finca de Son Albertí, a buen seguro, que tendrán nuevas ediciones. Según reconoció Mas, han sido más de 30 niños de toda Mallorca los que han pedido participar, y «aunque en su mayoría son hijos de cazadores, también tenemos algunos niños que no tienen familiares relacionados con la caza».
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