El «Amerigo Vespucci» embarca por vez primera a un grupo femenino compuesto por 25 mujeres. Foto: G.A.

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Un total de 25 mujeres cadetes se integra por vez primera en la dotación del gran buque escuela de vela italiano Amerigo Vespucci, que ayer abandonó el puerto de Palma tras una escala de seis días. Una circunstancia que, en opinión de su comandante, Angelo Libertucci, y de las estudiantes se ha producido «con naturalidad y sin distinciones de sexo en las actividades docentes o físicas». Esta realidad pone fin a milenios de privilegio masculino exclusivo en la Marina, donde la presencia de una mujer era hasta el siglo XX inexistente, o en forma de invitadas e intrépidas aventureras durante el XIX. Cuando su presencia a bordo aún era objeto de enraizadas supersticiones.

El comandante destacó que la nave participa en la campaña ecológica Mare Vivo, con el objetivo de sensibilizar a todos los países de la importancia de preservar el Mediterráneo de la contaminación. Un mar, recalcó, que representa apenas el siete por ciento de la superficie marina pero que absorbe el setenta por ciento del tráfico marítimo.

El buque militar realiza en la actualidad una campaña de 90 días, de los cuales 30 han transcurrido en los puertos de Livorno (sede de la Academia Naval, de donde zarpó el pasado día 30 de junio), Valencia, Catania, Estambul, Pireo, Alejandría, Túnez, Palma, Montecarlo, Portoferraio y regreso a Livorno, donde llegará el próximo día 30. Durante la estancia en Mallorca, el capitán de la gran fragata, junto al almirante italiano de división Roberto Fusco y el vicecónsul de Italia en Palma, han participado en diversos actos sociales con las autoridades.

El buque italiano coincidió ayer con los veleros Sea Cloud II, Mary Anne y Atlantis, atracados en el Dique del Oeste, que realizan sendos cruceros por el Mediterráneo con pasajeros amantes de la placidez y el relax de la navegación a vela, participando en las tareas de a bordo. La concurrencia de los cuatro Tall Ships juntos recordó las célebres estampas de regatas como la Cutty Sark, que años atrás recaló en Palma. Otro de los veleros presentes ayer, el Sea Cloud II, con aparejo de corbeta, fue construido en España el pasado año en los astilleros Gondan.