Descanso y tranquilidad. Ésta fue la nota dominante de la jornada que el ex presidente Bill Clinton protagonizó ayer en Mallorca. El ex mandatario americano y su hija Chelsea pasaron prácticamente todo el día en la finca de Es Canyar, en las proximidades de Establiments, sin apenas salir de una inmensa y bella terraza, repleta de exhuberante vegetación. Allí, el que fuera el hombre más poderoso del mundo pudo conversar y relajarse en un entorno privilegiado y redescubrir los encantos de Mallorca.
Sobre las once y media de la mañana, Clinton y su primogénita llegaron al aeropuerto de Son Sant Joan en vuelo privado. En la pista les recibían el president de les Illes Balears, Francesc Antich; la presidenta del Consell Insular, Maria Antònia Munar; el alcalde de Palma, Joan Fageda; el rector de la Universitat de les Illes Balears, Llorenç Huguet; la concejala de cultura de Palma, Carme Feliu; el diputado del PP, Joan Huguet y el director general de Presidència del Govern, Pere Fullana. El agente consular de EEUU en Mallorca, Tumy Bestard, y su esposa, Olga Bestard, fueron los primeros en estrecharle la mano. Entre impresionantes medidas de seguridad, Clinton y Chelsea saludaron a las autoridades y expresaron su satisfacción por volver a estar de nuevo a la Isla, años después de su primera visita durante el verano de 1997, cuando fue invitado por los Reyes de España.
Un convoy salía a las 12.30 horas de ayer del aeropuerto a toda velocidad hacia Es Canyar, propiedad de la empresaria Cristina Macaya. El president Antich, poco después de recibir a Clinton, aseguró que «entre conferencia y conferencia, el presidente ha tenido un momento para venir a pasar unas 24 horas en Mallorca. Esto significa que nuestra tierra le gusta por sus particulares características. Ha mostrado su satisfacción de poder estar aquí descansando. Chelsea ha hablado con el agente consular y le ha expresado sus deseos de venir a pasar dos semanas de vacaciones en la Isla», afirmó. «Que el ex presidente sea un repetidor es importante. Es maravilloso para nuestra comunidad contar con esta publicidad que no se paga con dinero y ello demuestra que la gente tiene ganas de venir aquí porque hacemos las cosas bien: somos un destino turístico cercano de calidad», añadió Antich.
El convoy, formado por ocho coches -permanentemente vigilados por un helicóptero- tomó la autopista hasta introducirse en Establiments, para poco después, internarse en el camino de Son Gual. Tras cinco minutos por un sinuoso camino llegaban a la finca de Es Canyar. Un policía del Tedax (grupo de explosivos) vigilaba la entrada a la casa, que la ocultaba de miradas curiosas. Sin embargo, desde una zona de garriga fue posible observar cómo un Clinton ataviado con una simpática y colorida camisa salía de la casa y entraba en la terraza, para pasar prácticamente toda la tarde relajándose y conversando con Chelsea, ataviada con un albornoz blanco. También estaban en la casa Tumy Bestard y la propietaria, Cristina Macaya.
El mismo presidente Antich habló horas antes de la posibilidad de que Clinton se desplazara a Petra, cuna del fundador de California, Fray Junípero Serra. Sin embargo, hasta pasadas la nueve de la noche, no hubo ningún indicio de movimiento por parte del ex presidente norteamericano. En su primera visita a Mallorca, el ex inquilino de la Casa Blanca manifestó su deseo de visitar la villa del Pla de Mallorca y que lo haría en su próxima visita, dado el carácter simbólico de la localidad.
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