Joan Fageda, sentado, junto a algunos actores. FOTO: SEBASTIÀ AMENGUAL

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De «No es verdad, ángel de amor» a «I no te'n fiïs d'en Matas, en Jaumet no has d 'escoltar». De Zorrilla a Es Mascle Ros. El Teatre Municipal acogió ayer noche el estreno de la obra «Ses aventures d'en Vergueta i n'Amaga-cantons», también conocida como «El Tenorio mallorquín». Las risas y los aplausos se convirtieron en los protagonistas de la noche, junto a los actores ocasionales del mundo de la política, el periodismo y la cultura, entre otros.

La música se encargó de separar las distintas escenas, idénticas en su acción al clásico de Zorrilla. La puesta al día de la historia era lo único que variaba. Los euros se convirtieron en la moneda de cambio y los enredos PP-PSOE, Pla Mirall o el Parc de Mondragó en la temática, todo tratado siempre desde un punto de vista irónico y mordaz.

La escena más famosa de la obra de Zorrilla se trastoca en el «El Tenorio mallorquí» y se actualiza. Así, el Tenorio, Vergueta en la historia, se transforma en Francesc Antich, presidente del Govern, y Doña Inés, Tonina, en Maria Antònia Munar, presidenta del CIM. Él le ruega a ella que se quede a su lado y ella acaba claudicando. Los regalos que En Vergueta le ofrece, entre los que destaca «un sac de transferències», parecen convencerla.

Más actualizaciones. La indumentaria recordaba aquella época, pero sólo recordaba. Personajes vestidos con los colores de la bandera mallorquina, monjas con faldas muy cortas o comandantes con zapatos de tacón son sólo algunos de los ejemplos más destacables de la noche de ayer. Los gorros y, sobre todo, la imaginación del espectador, situaban el vestuario en su época original.

¿Qué tal lo hicieron los actores?

Joan Fageda: el alcalde de Palma se interpretó a sí mismo en su papel de Gil Abad. Tuvo una actuación meritoria, sobre todo cuando lucha contra Vergueta y éste le vence.
Víctor Gistau: el radiofonista se convirtió en el protagonista, Vergueta. Combinó correctamente la voz grave con los gestos irónicos.
Miquel Estelrich: el director del Conservatori se transformó en Amagacantons. Estuvo perfecto como rival de Vergueta.
Pilar Ferrer: la asesora tuvo un papel pequeño como Mare Superiora. La risa le sorprendió lo que no menguó su buen hacer.
Rafel Estaràs: el cantante de Els Valldemossa hizo de sereno. Participó poco de la acción, pero aprobó con nota.
Sebastià Serra: el historiador también se caracterizó de sereno y tuvo su momento cumbre cuando arrestó a los dos rivales. Correcto.