En una conferencia «con muchas ideas, pero desordenada», el
presidente Jordi Pujol analizó anoche en el Conservatorio de Música
de Palma la globalización y sus aspectos negativos y positivos. «No
veo ninguna alternativa a la globalización», expuso con rotundidad
el presidente de la Generalitat de Catalunya, cuya conferencia fue
presentada por el presidente de la Obra Cultural Balear, Antoni
Mir.
Ante la ausencia del president Francesc Antich, que no acudió al
Conservatori después de acompañar durante toda la mañana a Pujol,
los consellers Antoni Garcías, Pere Sampol, Celestí Alomar y Damià
Pons representaron al Ejecutivo autonómico en la conferencia del
líder de CiU. El presidente de la CAEB, Josep Oliver y el
presidente de la Federación Hotelera, Pere Cañellas, escucharon
atentamente a Pujol, así como directores generales del Govern y
dirigentes del PSM y UM. La alcaldesa de Calvià, Margarita Nájera,
también acudió a la conferencia, y tampoco podía faltar Marta
Ferrusola, esposa de Pujol, que escuchó la intervención de su
esposo junto al vicepresidente del Govern, Pere Sampol.
Fiel a su estilo, Pujol desarrolló sus ideas sobre la
globalización con los ojos cerrados. Pujol se colocó las gafas un
centenar de veces para leer las pocas notas que llevaba, además de
gesticular permanentemente. «La globalización puede ser un peligro
para las identidades y los catalanes y baleares debemos tenerlo en
cuenta», dijo Pujol, quien en algunas ocasiones logró arrancar las
risas a los asistentes a su conferencia.
El presidente de la Generalitat dejó claro que «la globalización
es algo inevitable» y puede generar «una serie de fracturas y
aspectos negativos». No obstante, Jordi Pujol precisó que «los
grupos anti globalización no han planteado ninguna alternativa».
«Yo no soy anti globalizador», reiteró Pujol.
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