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El president de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, visitó ayer, por cuarta vez desde que ejerce ese cargo, la Casa Catalana de Mallorca para sumarse al cincuenta aniversario de la entidad presidida por Josep Planas i Montanyà. Junto a su esposa, Marta Ferrusola, Pujol departió con un centenar de catalanes que han fijado su residencia en la Isla, aprovechando la visita oficial que está realizando a Mallorca. Los dirigentes de la Casa Catalana en Mallorca le hicieron entrega de un siurell de plata, mientras que su esposa recibió un ramo de flores.

Pujol departió durante varios minutos con Planas i Muntantyà y Miquel Dot, que son los dos únicos socios fundadores que siguen vinculados a la entidad desde sus comienzos en 1951. Por ese motivo, el president de la Generalitat les hizo entrega de una bandeja de plata conmemorativa.

Más de cien personas se dieron cita en la Casa Catalana para asistir al encuentro con Pujol y su esposa. Planas Muntanyà declaró a este diario que la visita de Pujol «es la continuidad de los actos de celebración del 50 aniversario realizados el domingo».