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Es bueno que los niños aprendan a amar, y que entre sus amores esté la gastronomía, a través de la cual pueden amar muchas cosas más de esta bendita tierra que los ha visto nacer. Por ello, hay que considerar buenísima la iniciativa que han tenido Govern, Ibatur y Escola d'Hoteleria de les Illes, invitando a los escolares de edades comprendidas entre los 6 y los 11 años a que además de visitar las instalaciones de la citada Escola, a conocer y distinguir olores y sabores y a colocarse mandil y gorra de cocinero también aprendan a condimentar algunos platos típicos, además de postres, y luego degustarlos.

Ayer, escolares de Palma, acompañados de sus profesores, recorrieron las citadas instalaciones ataviados cual cocineros. Una de las clases prácticas que recibieron fue la de aprender a hacer crespells y pa amb oli. Antes tuvieron que seguir atentamente las indicaciones que les hacía el chef, sobre todo cómo había elaborado la masa de los crespells, cómo la trataba y, por último, cómo la aplanaba y depositaba sobre unas bandejas para que ellos, con los pequeños moldes, extrajeran de ella porciones en forma de hojas, estrellas, etc., que a fuego lento se cocerían en el horno.

Tras retirar la pasta que había sobrado, «que no se tira "les recordó" sino que se guarda para hacer más postres», y una vez que hubo dejado como los chorros de oro de limpia la mesa de aluminio, cortó el pa de pagès en tres trozos que a su vez fue troceando y depositando en las bandejas de antes, colocando frente a ellas el aceite, la sal y tomàtigues de ramellet. Tras explicarles brevemente cómo se hacía un pa amb tomàtiga "cosa que muchos ya sabían, ¡cómo no, si es la merienda nacional de les Illes!" les propuso que, uno tras otro, se prepararan el suyo. ¡Y vaya que si se lo prepararon! Restregaron el tomate, esparcieron la sal, rociaron con aceite y ¡buen provecho! Lo dicho, como si lo hubieran hecho toda su vida.