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Las aportaciones del escritor escocés Robert L. Stevenson a la mitología moderna son incuestionables. El creador del mito de Jekyll y Hide no quería otra cosa que separar en una misma persona las dos vertientes del ser humano: la que está dominada por el raciocinio y la templanza de carácter con la que está controlada por la pasión y el instinto más brutal. La compañía Morgana Teatre se encargó de certificar el miércoles y jueves pasado en el Teatre Municipal que la parte más primaria del hombre ejerce, al menos, más poder de atracción.

«L'estrany cas del Doktor Jekyll i el senyor Hide» recuperó las esencias del mejor cabaret alemán para reenfocar este mito desde la óptica más sexual. Los actores Maite Ferrer, Rosa Guijarro, Cati Isern, Aina Jaume, Cati Mut, Sito Palmer, Pau Ramon, Lluna Zapata y Damià Poncell salieron al escena dispuestos a meterse el público en el bolsillo. La música, a cargo de Jordi Maranges (integrante del grupo El diablo en el ojo), Marc Melià, Luis Bestard y José Miguel Puigserver (de Satellites), calentó el ambiente con acordes deudores de Kurt Weil. La obra, dirigida por Joan E. Ramon Balcells, contó además con el trabajo de Xavier Borrás a las luces y Maite Ferrer como ayudante de dirección.

Fue un espectáculo para la reflexión sobre la naturaleza humana, pero además un ameno pasatiempo «bizarro», en el que el erotismo y la sofisticada lencería adquirieron parte del protagonismo. Y entre concepto filosófico y concepto trascendental, un top-less. Y es que en los tiempos que corren la gente pide análisis pero también un poco de diversión y morbo. La pieza escénica, ambientada en los albores del nazismo, resultó un cóctel de «pobreza y lujo, música y hambre» con un cierto aire «sado».