Algo más de un millar de personas, según la Policía Local, protestó
ayer por la noche contra la guerra en Afganistán, en la que fue,
sin duda, la mayor manifestación de cuantas ha habido en Palma
desde los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados
Unidos. La marcha partió pasadas las 20.30 horas de la Plaça Major
y recorrió de forma pacífica las calles Sant Miquel, Oms, Rambles y
Passeig des Born. Los manifestantes portaban pancartas con frases
como «No a la guerra. No más víctimas» o «Queremos un mundo en paz.
Hagámoslo».
La protesta había sido convocada, nuevamente, por la Plataforma
Ciutadans i Ciutadanes Contra la Guerra, de la que forman parte
hasta 31 sindicatos, partidos políticos, asociaciones vecinales,
ONG y entidades cívicas. Para animar la asistencia, el pasado
miércoles, representantes de la plataforma habían hecho un
llamamiento frente al Parlament a que políticos y ciudadanos
participasen en este acto simbólico de rechazo a la guerra.
Este movimiento cívico condenó, mediante un manifiesto leído por
la periodista Marisol Ramírez, los atentados perpetrados en Nueva
York y Washington el pasado mes de septiembre, pero aclaró que
«estos ataques están sirviendo de pretexto al Gobierno de Bush para
generar un nuevo conflicto bélico de grandes dimensiones, del cual
son seguros perdedores las poblaciones de los países del Tercer
Mundo». La plataforma denunció «la postura de sumisión que ha
adoptado el Gobierno español, con el beneplácito de la mayoría de
la oposición, en la carrera militar de Bush» y consideró que «la
OTAN no es una instancia para impartir justicia, porque es un
instrumento en manos de la superpotencia única».
Los manifestantes reclamaron «la puesta en marcha de una
verdadera política internacional de prevención y resolución
pacífica de los conflictos», así como la no implicación del Estado
español. También se demandó el «apoyo de las organizaciones
sociales que en todo el mundo trabajan para la defensa de los
derechos humanos y por una paz justa». La marcha transcurrió con el
acompañamiento del grupo «Tambors per la pau» y en los momentos más
álgidos de la protesta, los manifestantes gritaban en favor de la
paz y la justicia y en contra de la guerra y las bombas.
Entre los participantes en la marcha se encontraban las
conselleras de Medi Ambient y Benestar Social, Margalida Rosselló y
Fernanda Caro, respectivamente, así como representantes de los
partidos políticas, sindicatos y entidades englobadas en la
plataforma. Este movimiento ciudadano ha iniciado una recogida de
firmas contra la participación española en el conflicto, que serán
entregadas al Gobierno a primeros de diciembre.
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