Aviso de temporal. Con estas palabras se inician los comunicados de
alerta a los navegantes de posibles riesgos meteorológicos en su
derrota. Un aviso que este fin de semana se emite a nivel global de
Balears a través del canal 16 VHF banda marina como parte del
dispositivo de prevención de accidentes marítimos.
Miguel Felix Chicón, al frente del Centro Regional de
Coordinador de Salvamento Marítimo de Balears, destaca el carácter
excepcional de la actual situación, que no se da más de una o dos
veces al año. Diez profesionales de titulación superior en la
Marina Civil (un capitán de primera, pilotos y un administrativo)
vigilan durante 24 horas al día la evolución del temporal mientras
se está a la escucha de cualquier llamada de socorro. Las
incidencias náuticas en nuestra comunidad son más numerosas en
verano, dada la proliferación de embarcaciones de recreo, pero
ahora con la llegada del frente polar y el mal estado del mar es
cuando los accidentes pueden revestir mayores dificultades.
A nivel preventivo, con un viento con fuerza 6 se notifica la
situación a los clubes náuticos y autoridades marítimas como fase
previa del aviso de temporal a partir e fuerza 7, cuando se difunde
la llamada a través de las radios costeras. Pero en la zona
marítima de Balears, dividida en cuatro zonas de actuación, se
prevén este fin de semana vientos de fuerza 10 y 11 (unos 100
kilómetros por hora) que pueden levantar olas de hasta 8 metros.
Esta situación que en distinta medida afectará a todo el
archipiélago, radicará especialmente en el norte las islas, con la
Tramuntana y puede afectar al tráfico marítimo en general.
El director de Salvamento Marítimo en Palma recuerda las
actuaciones realizadas en duras condiciones similares a las
actuales, años atrás. Como ocurrió con el rolón Bahía de
Alcúdia,que requirió la presencia de un helicóptero de rescate y
evitó el naufragio gracias a fondear el ancla. O con el mercante
argelino Tlemcen, que tuvo que refugiarse muy escorado en Formentor
con un cargamento de vacas, que murieron durante la travesía. Y con
el buque de cabotaje Liberta, que se hundió sin tiempo para arriar
los botes salvavidas con una carga de 2.500 bidones de alcohol
metílico, de los cuales se recuperó un 93 por ciento. La
tripulación pudo salvarse gracias a que su capitán se amarró a la
radiobaliza, la cual advirtió de su posición.
Salvamento Marítimo distribuye una serie de recomendaciones
básicas antes de zarpar, durante la navegación, ante una situación
de emergencia o si se avista o reciben señales de otra embarcación
en peligro. Entre ellas advierte de la información meteorológica,
evitando la salida en caso de mal tiempo o de mala visibilidad.
Tambien se recuerda la conveniencia de dejar información en tierra
de los planes de navegación sin alterar el plan, salvo caso de
fuerza mayor. «En caso de empeoramiento inesperado no asuma riesgos
y busque refugio. Haga que su tripulación lleve arneses de
seguridad y puestos los chalecos salvavidas», indica la circular
que, en otro apartado añade: «si no ha podido resolver la
situación, no abandone el barco si no es en caso extremo. En caso
de vuelco permanezca en las próximidades para ser localizado más
facilmente. No intente ganar la costa a nado».
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