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ANDREU GOMILA-BARCELONA Después de muchos años como una de las cabezas visibles de Esquerra Republicana de Catalunya, primero, y del Partit per la Independència, Rahola ha cambiado la lucha política en las más altas esferas de Catalunya por la lucha por el derecho a la adopción. Noè y Ada son los dos hijos que ha traído a su mundo. Además, es madre de una hija biológica.

En una entrevista, que publica hoy íntegramente Ultima Hora en su edición de papel, Pilar Rahola asegura que «La maternidad y la paternidad activa son, por sí mismos, sentimientos contradictorios: desarrollas desde sentimientos de protección a deseos de libertad... sentimientos muy terrenales, poco racionales, instintivos. Y dentro de estos instintos puros, la maternidad biológica y la adoptiva tienen elementos claros de diferencia. No en el terreno emocional, pero sí en la experiencia. Por regla general, la maternidad biológica es suave, dulce, forma parte de la naturaleza, vives la felicidad de una manera natural. La adoptiva no, porque es una lucha: en el momento de la decisión, mucho más compleja que cuando decides quedar en estado, plagada de miedos, de preguntas; el proceso; y no sabes que cuando el hijo llega a casa empieza la lucha de verdad. A diferencia de un hijo biológico, que respira contigo desde el primer momento, el adoptivo llega con una carga vital ya muy fuerte, a veces, llena de miserias, de drama, de tragedia. A veces, te enfrentas al deseo de ser madre (o padre) sin saber que debes enfrentarte también a la lucha para que el niño sea feliz. Es evidente que los padres adoptivos acaban triunfando, el fracaso es prácticamente inexistente. Pero la lucha es difícil. Si me preguntas diferencias te diré que el hijo biológico es un deseo puro y el adoptado, un deseo luchado, contigo mismo y con el entorno».