El vicepresidente del Govern, Pere Sampol, y el conseller
d'Agricultura i Pesca, Mateu Morro, clausuraron ayer el I Congrés
Rural d'Agricultura i Ramaderia, en el que el Ejecutivo balear
presentó un documento donde se defiende la necesidad de un «banco
de tierras, que ponga al alcance de los agricultores el suelo que
precisen», como uno de los retos que el campo balear debe asumir en
un futuro inmediato. Más aún, esta declaración de intenciones
reconoce, ante la limitación del suelo rústico, la conveniencia de
«cuestionar una concepción de éste como un espacio potencialmente
edificable y, por tanto, como sujeto de especulación». Asimismo,
defiende que, en la construcción de nuevas infraestructuras, debe
rechazarse la idea de que este suelo en «un espacio vacío, de nadie
e ilimitado y, por tanto, capaz de soportar las agresiones». Tras
las críticas vertidas en pasados días contra el sector turístico,
desde la Conselleria se propone el acercamiento de ambos sectores
mediante la firma de un pacto intersectorial.
Antes de la clausura del congreso se entregaron los primeros
Premis del Camp de Balears. El Premio a la trayectoria profesional
en el mundo agrario y ganadero fue a parar a manos de Pedro Ferrer
Ferrer, por su trayectoria de más de 50 años de dedicación
exclusiva al mundo rural y en representación de toda una generación
de payeses de Eivissa y Formentera. Antònia Mesquida Nicolau
recogió el Premio al joven agricultor, por su actividad en el
sector agrícola desde 1989 y por formar parte de la minoría de
mujeres jóvenes que se dedican en exclusividad al sector. El premio
destinado al asociacionismo agrario correspondió a Jerònima Bonafé
Ramis, como presidenta de la Unió de Cooperatives Agràries de
Balears, por ser la organización más representativa del
asociacionismo agrario y para distinguir, con este galardón, a
todas las cooperativas del campo balear. El Premio a la
investigación y divulgación agraria y ramadera fue concedido a Joan
Barceló Bauzá, por su trabajo activo en la divulgación de los temas
del campo realizado a lo largo de muchos años en medios de
comunicación.
Joan Comas Cladera mereció el Premio a la innovación en la
agricultura y la ganadería, por, en calidad de presidente de la SAT
s'Esplet, la trayectoria de esta entidad en innovación constante en
el sector de la patata, lo que ha permitido la revitalización del
sector agrario y servir de modelo de organización de empresa
agroindustrial. Otro galardón, el destinado a la iniciativa agraria
o ganadera respetuosa con el medio ambiente, fue recogido por
Gabriel Seguí Mercadal, quien lo mereció por la labor llevada a
cabo en los últimos 50 años en fomento de la conservación y el
estudio de la vaca de raza menorquina y por haber impulsado el
estudio, la promoción y la mejora de los caracteres morfológicos y
productivos de la raza. Por último, Joan Juan Moll, presidente de
Fruita Bona, fue el ganador del Premio a la iniciativa y calidad de
la industria agroalimentaria por su constancia en la transformación
de los productos agroalimentarios y muy concretamente en el sector
de los cítricos.
Celebrada la primera edición de los Premis del Camp de
Balears
Los galardonados en la primera edición de los Premis del Camp de
Balears fueron Pedro Ferrer Ferrer, Antònia Mesquida Nicolau,
Jerònima Bonafé Ramis, Joan Barceló Bauzá, Joan Comas Cladera,
Gabriel Seguí Mercadal y Joan Juan Moll. Los premios fueron
concedidos ayer por la mañana en la última jornada del I Congrés
Rural, que desde el pasado jueves congregó a los representantes de
las principales asociaciones agrícolas y ganaderas quienes
avanzaron las necesidades más urgentes que debe afrontar el campo
en Balears para garantizar su supervivencia.
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