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Con el paso de los años Jonathan sufría, en el buen sentido de la palabra, bromas de familiares y amigos sobre su aspecto más mediterráneo que británico, así que un buen día se puso a indagar sobre su pasado descubriendo, no sin realizar muchas pesquisas, que su madre era "es" Heather Young. Cuando la visitó se encontró con que estaba casada y con hijos, por lo que le recibió con cierta frialdad, contándole que su padre era un mallorquín llamado Lorenzo Miralles, que trabajaba en el Balmoral Club. La relación que surgió entre ambos, que no se prolongó más allá de cuatro meses, se saldó con un embarazo y un niño. Él. La madre le explicó que el padre no supo nada hasta cuando ella estuvo a punto de dar a luz. Que fue a Inglaterra y que le conoció "a él", pero no pudo llevárselo a Mallorca por no estar casado con ella.

A pesar de las indagaciones que ha hecho Jonathan, no ha podido dar con el paradero de su padre biológico. Por eso escribe esta carta pidiendo ayuda. Si aparece el padre y quiere conocerle, él viajaría encantado a Mallorca a darle un abrazo. Pero si ha reorganizado su vida, tiene familia e hijos, y no le interesa enfrentarse al pasado, respetaría su deseo y no le molestaría.

Pues si Lorenzo lee estas líneas, ya sabe. O levanta la mano llamando a su hijo, o calla para siempre.