El arquitecto Carlos García-Delgado abrió ayer las jornadas sobre
«Sociedad y Territori», organizadas por el Col·legi d'Arquitectes,
al defender que la solución a los actuales problemas de desorden
territorial es la construcción de nuevas ciudades en las Islas.
García-Delgado explicó que estas ciudades de nueva planta
descargarían la presión urbanizadora sobre zonas vírgenes o sobre
el suelo rústico e incluso permitirían arreglar zonas degradadas,
al desviar densidades poblaciones de la zonas costeras a estas
ciudades de nuevo cuño.
Fue la propuesta más provocadora de las que ayer se presentaron
en las jornadas. El geógrafo Pere Salvà explicó que, en la peor de
las hipótesis, Baleares podría llegar a 1'2 millones de habitantes
en el 2016, frente a los 868.000 habitantes con que cuenta en estos
momentos.
Además de las conferencias de Salvà y García-Delgado, la jornada
de ayer se cerró con una mesa redonda en la que participaron
Francesc Quetglas, el arquitecto Pere Nicolau, el decano del
Col·legi d'Economistes de Balears, Luis Moyà, el vicepresidente de
la Asociación de Promotores, Gabriel Oliver y los dos
conferenciantes.
La arriesgada propuesta de García-Delgado y las moratorias de
Govern y Consell centraron parte del debate en el que los ponentes
coincidieron en que, aunque haya a quien le disguste, el modelo
económico de Balears seguirá atrayendo a inmigrantes.
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