TW
0

Esta semana se celebró la tradicional cena del Fomento del Turismo de Mallorca, que el año pasado estuvo marcada por un fuerte enfrentamiento entre el sector turístico y el Govern. En esta ocasión no acudió el president Antich, aunque sí asistió, y con cierto talante conciliador, el conseller Alomar.

La celebración estuvo marcada por el discurso del presidente de la entidad, Miquel Vicenç. Es justo reconocer que entre los numerosos discursos que se pronuncian en Mallorca con motivo de entrega de premios es el discurso del Fomento el que despierta mayor interés por cuanto no sólo se refiere a los méritos de los premiados sino que fija, y de modo crítico, la posición del sector. El discurso de Vicenç estuvo bien construido y reflejó adecuadamemente la actual problemática turística de la Isla. Tanto Vicenç como Alomar coincidieron en que hay que trabajar con un esfuerzo común, para poner en orden un sector que es la salvaguarda de nuestro bienestar. Y se insistió en la necesidad de dejar de lado las discusiones bizantinas, los protagonismos y las dudas para empezar desde ahora mismo a resolver los problemas que ha dejado tras de sí el temporal.

Hubo coincidencia en las líneas generales, pero hay que subrayar la carga de profundidad que encierra que ante el propio conseller el Fomento reclame el traspaso de competencias turísticas al Consell, algo que la presidenta Munar no tuvo ocasión de responder por no estar presente. Quizá desde el Fomento se vea al Consell como un interlocutor más asequible, pero parece difícil que esa materia llegue al CIM si no va acompañada de las competencias legislativas en turismo. Pero si el Fomento pide perder de vista a la Conselleria, ésta también intenta que la promoción recaiga más en la Cámara de Comercio. Lo irrefutable es que el conflicto de la ecotasa ha dejado demasiadas heridas abiertas que sólo podrán restañarse cuando las responsabilidades, tanto en el Govern como en las patronales, pasen a otras personas menos quemadas en el contencioso.