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Un año más ha surgido la polémica entre los comerciantes de la Plaça Major y los feriantes que instalan sus paradas en la plaza durante las fiestas de Navidad. Los comerciantes consideran que la orientación de las paradas debería ser distinta. «Algunas caravanas, al ser muy grandes y dar la espalda a nuestros comercios, impiden que los ciudadanos puedan verlos», indica Àngel Gómez, palabras que corrobora, Helio, responsable, al igual que Gómez, de una tienda de modas. «Durante un mes la plaza está llena de cajas y trastos en el suelo», afirma.

Ambos coinciden en que por ello sus ventas bajan mucho en Navidad. Catalina, encargada de una tienda de ropa infantil, opina igual y señala que los comercios quedan ocultos a los turistas y a los visitantes que recorren la plaza durante las fiestas. «Sólo entran en los comercios los clientes habituales», lamenta. Miquel Pons es el responsable de un restaurante en la plaza, y destaca que cada mes de diciembre se ve obligado a cerrar por vacaciones debido a que el número de clientes baja de manera espectacular. Todos ellos consideran que el Ajuntament de Palma deberá mediar en este conflicto.