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JOAN RIERA La Gerencia de Urbanismo del Ajuntament de Palma tiene pendiente desde hace un año y medio la aprobación de un macro proyecto de cuatro grandes bloques de edificios y oficinas de diez pisos en los terrenos situados junto a GESA, en plena fachada marítima de Palma. Los promotores hacen uso de un convenio firmado en 1983 por la administración del alcalde socialista Ramón Aguiló. Si Cort no puede hacer efectivo su proyecto de fachada marítima, se verá forzado a aceptar el de los grandes edificios porque «está consolidado»

El teniente de alcalde de Urbanisme, Rafael Vidal, afirmó que «no hay ninguna duda de que el proyecto que hemos presentado es mucho mejor que el que aprobaron los socialistas, ya que prevé muchas menos alturas y unos 40.000 metros cuadrados de zona verde. Pero las cosas son como son y tendríamos que aceptar este proyecto anterior porque cumple con todos los requisitos de legalidad». Asimismo, el teniente de alcalde José María Rodríguez indicó que «nuestra propuesta es mucho más racional y de acuerdo con las necesidades de Palma».

Los actuales responsables del Ajuntament recuerdan que «ya hubo problemas dentro del gobierno de la izquierda en el año 1983 cuando se aprobó este convenio, que fue defendido por los socialistas. De hecho, la regidora del Partido Comunista, Catalina Moragues, llegó a comentar que no veía bien que se aprobara aunque fuera representado, en 1983, por el despacho de Félix Pons», afirma Rodríguez. En todo caso, hace un año y medio se presentó la solicitud al amparo del convenio firmado por la administración de Aguiló. Hay dos alternativas, una formada por dos bloques semicirculares con dos edificios de diez plantas cada uno y con capacidad para treinta viviendas por bloque, y la otra alternativa contempla tres bloques rectangulares y otro de oficinas completamente acristalado.

Por su parte, el actual proyecto de fachada marítima presentado por el Ajuntament prevé menos alturas y escalonadas con una fuerte presencia de zonas verdes. Además, prevé el derribo del actual edificio de GESA por el impacto visual que representa sus doce plantas en la primera línea del mar. El edificio de GESA es lo primero que ven los visitantes cuando llegan del aeropuerto por la autopista. No obstante, el proyecto de fachada marítima presentado por el Ajuntament ha recibido numerosas críticas por parte del Pacte de Progrés. El actual gobierno municipal afirma que si no sale adelante su alternativa de fachada marítima, «vendrán las torres gemelas, porque están consolidadas».

El gigantismo urbanístico de los años ochenta amenaza con volver a Palma
A pesar de la llegada de la democracia, los años ochenta no consiguieron frenar la construcción de grandes edificios. Estos derechos consolidados junto a GESA lo demuestran. Los actuales promotores del antiguo proyecto, que estarían ligados a la misma compañía eléctrica y a una entidad de ahorros mallorquina, han insistido en su proyecto, y hace tan sólo un año y medio que presentaron la iniciativa. Mientras tanto, el actual proyecto de fachada marítima presentado por el equipo de gobierno de Joan Fageda en el Ajuntament de Palma se encuentra en fase de exposición pública y tiene muchas dificultades para salir adelante, a pesar de que plantea menos alturas que el anterior proyecto "un máximo de ocho plantas y escalonadas" y una zona verde de 40.000 metros cuadrados.