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La implantación de la moneda única va a tener a corto y medio plazo unas repercusiones fiscales para las empresas, que en opinión del coordinador euro de la Asesoría Jurídico-Fiscal de La Caixa, Miguel Tort, «acabará en un proceso de armonización fiscal a nivel de todos los países que integran Eurolandia».

Considera que el simple hecho de la existencia del euro y de lo que ello implica en materia monetaria, «va a tener una extrapolación en los sistemas fiscales, dado que tendrán que aproximarse de forma paulatina, sobre todo en los impuestos indirectos, que son los que en estos momentos propician una mayor distorsión entre unos países y otros. España tendrá que adecuarse a este proceso de armonización pese a las quejas que han planteado diversos colectivos empresariales, en concreto los de restauración y hostelería, ya que cuentan con un tipo de IVA inferior al que impera en otros países comunitarios».

La política económica única, que deberá analizarse y consensuarse a través del organismo comunitario Ecofin, «obligará a todos los países a consensuar una política económica fiscal para evitar discriminaciones. Asimismo, las autoridades del Banco Central Europeo tendrán especial cuidado en evitar que exista una descolocación de impuestos diferente en cada país. El euro obligará a la Comisión Europea a acelerar todos los trámites de armonización, con el consiguiente efecto económico en todos los países miembros».

Considera que las empresas están perfectamente adaptadas en su gestión al euro, así como en su tramitación fiscal para el próximo ejercicio en euros, «no habrá problemas en el pago del IAE, IVA o el IRPF para los contribuyentes normales».