Varias docenas de personas se concentaron anoche en la Plaça Major de Palma. FOTO: TERESA AYUGA

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Amnistía Internacional celebró ayer el 53 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos con un encendido de velas en solidaridad con las víctimas de las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo. A las 20.00 horas, varias decenas de personas, entre las que se encontraba la consellera de Benestar Social, Fernanda Caro, se reunieron en la Plaça Major para recordar a todas aquellas personas que, de una forma u otra, han visto pisoteados sus derechos.

La presidenta de Amnistía Internacional-Mallorca, Margalida Capellà Roig, comentó el manifiesto elaborado bajo el lema «No podemos convertir la libertad en la primera víctima de la seguridad», en el que se denuncian las violaciones de los derechos humanos que se están haciendo con la excusa de la guerra.

«Desde los atentados del 11 de septiembre se están elaborando leyes o medidas de emergencia que limitan los derechos y libertades fundamentales para lograr mayor seguridad», dijo. Así -añadió, «vemos como se está volviendo a nociones represivas que se pensaban superadas, como la idea de la Cámara de los Lores de poder mantener retenida a una persona de forma indefinida aún sin pruebas o la creación de tribunales militares en EEUU para los acusados de terrorismo».

En la situación actual, lamentó, «no se están teniendo en cuenta los derechos humanos en Afganistán y en lugares como China o Chechenia se está aprovechando para incrementar la represión sobre colectivos musulmanes».

AI quiso recordar también la situación de Daw Aung San Suu Kyi, líder del principal partido de oposición de Myanmar y Premio Nobel de la Paz que se encuentra bajo arresto domiciliario.