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El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA) actuó ayer como acusación particular en la denuncia interpuesta en el Juzgado de Instrucción número 2 de Palma contra uno de sus afiliados, el piloto de la compañía Aebal Joaquín Garriga, acusado de un supuesto delito de imprudencia temeraria por volar desde Palma a Madrid, supuestamente, sin la suficiente cantidad de oxígeno en la cabina.

Garriga, defendido por el abogado Rafael Perera, rechazó las acusaciones y aseguró al juez que «en ningún momento» el pasaje, formado por 107 personas, «corrió riesgo alguno». Además, insistió en que la cabina tenía «oxígeno suficiente» y que la botella «solo estaba baja de presión».

Su letrado, asimismo, preguntó a los directivos del SEPLA, encabezados por su vicepresidente, José Ramón Sesma, por qué razón no habían obrado de la misma manera en una maniobra errónea de aterrizaje de un piloto en el aeropuerto de Shannon (Irlanda) donde sufrieron lesiones ocho pasajeros. El abogado del SEPLA dijo al respecto que «no conocía ese incidente».