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La defensa de Balears se está potenciando entre este año y el próximo con nuevos sistemas de misiles Mistral y cañones antiaéreos 35/90, con control direccional de tiro de la OTAN. Así lo aseguró ayer el comandante general de Balears, Tomás Formentín, con motivo de su próximo cese del mando militar en las Islas. Este año solamente se ha cubierto un cincuenta por ciento de la tropa profesional prevista en nuestra comunidad autónoma, como consecuencia de la transición del servicio obligatorio al Ejército profesional. Asimismo, los atentados del 11 de septiembre, han determinado un cambio doctrinal ante las nuevas amenazas como pueden ser las armas NBQ (nucleares, químicas y bacteriológicas).

Tomás Formentín ha dedicado cuatro años de sus 43 de servicio a Balears, donde ha cumplido los siete años como general que determinan su pase a la reserva. «Nunca me he considerado foraster aquí, soy valenciano y hablamos la misma lengua, tenemos la misma mentalidad y poseemos el mismo clima, por lo que me he sentido muy a gusto entre la sociedad mallorquina y balear», dijo. Asimismo, este cargo recalcó, es más completo aqui que en la Península, ya que atañe al mando operativo, logístico y administrativo. Un conjunto de responsabilidades que se ha plasmado en las labores de reconstrucción de los destrozos causados por el pasado temporal, que han obligado a movilizar a una compañía de zapadores y otra de infantería en apoyo a la población civil, en zonas como Can Picafort y en las propias instalaciones militares de Cap Pinar.

Refiriéndose a los acontecimientos operados tras el 11-S, el general Formentín destacó que el mundo ya cambió con la caída del muro de Berlín, cuando los dos bloques estaban preparados para una agresión, que no se produjo. Despues los ejércitos se fundaron en la distensión durante la década de los 90. Ahora, la política internacional ha cambiado y es necesario afrontar nuevos retos. Así, Formentín destaca que las guarniciones de Balears estaban concebidas para un tipo de acción convencional que los últimos acontecimientos han modificado, exigiendo una preparación adecuada para cada trabajo. Con la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas, ya se ha producido un cambio «cuya presencia ha determinado un nuevo panorama social y de instalaciones, poniendo de manifiesto su vocación, valentía y alto rendimiento», destacó.

El Plan Norte ha supuesto una reducción de efectivos en Balears del orden del 50 por ciento, por lo que se ha pasado de 60 a 30 instalaciones. En estos momentos la cobertura de los cuadros de mando ascienden al 80 por ciento, (con 400 efectivos) y al 50 por ciento por lo que atañe a la tropa, (que suma 600 soldados profesionales). La previsión para el próximo año es más optimista y cuenta con incentivos como la proyección de futuro, la salida civil o el nivel de instrucción especializada. El bajo índice de paro en Balears, de todas formas, representa un iconveniente en este aspecto, puntualizó Formentín. Aunque la guerra en curso, advierte, ha afectado negativamente el desarrollo del Ejército profesional.