Las niñas suecas llenaron Cort de luz y música. Foto: S.A./J.A.

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Los suecos de Mallorca, y más especialmente los párvulos del Colegio Escandinavo de Palma, celebraron ayer la festividad de Santa Lucía, la mártir que tiene que ver con lo que ellos no tienen en abundancia, la luz. Así, antes de las diez de la mañana de ayer, los padres de los más pequeños del colegio fueron tomando posiciones en las sillas ubicadas en el improvisado teatro en el que, instantes después, al son del Santa Lucía aparecía la pequeña Santa Lucía, con su corona de velas, acompañada de un numeroso séquito, entre el que se encontraba "¡cómo no!" Papá Noel, entonando algunos villancicos típicos del país, junto con el Campana sobre campana.

Había que ver la carita de satisfacción y embeleso de algunos padres, quienes, cámara de fotos y de vídeo en mano, intentaron captar aquellas bellísimas imágenes. A todo esto, la Santa Lucía adulta, Josefina Pettersson, contemplaba la escena desde una posición discreta, dejando que fueran los parvulitos los protagonistas de la mañana. Finalizada la tanda de villancicos, y habiéndose retirado la pequeña Santa Lucia y séquito, los padres de los alumnos tomaron café con pastas y los riquísimos lussenkstt y pepparkeakor.

Por la tarde "a las ocho" siguió la fiesta en la plaza de Cort, donde primero tocó la Banda Municipal de Palma y después apareció Santa Lucía, coronoda de luces, y acompañada de su séquito. Era la Santa Lucía adulta, encarnada por la citada Josefina Pettersson, alumna de 9º, que con su séquito de acompañantes deleitó a los curiosos con villancicos suecos. Como cada año, dio la bienvenida el alcalde Joan Fageda y el regidor Joan Bauçà, y al igual de como sucede en el ayuntamiento de Estcolomo cuando llega Santa Lucía, que el alcalde la obsequia con algo típico, Fageda le hizo entrega de una pulsera de plata. En la entrada de Cort se instaló un mercadillo, que se abrió a las siete de la tarde, y tras la fiesta se sirvió glögg, vino caliente, y pastas.