La Oficina de Defensa dels Drets del Menor ha puesto en marcha esta
Navidad una campaña para concienciar a los padres de la importancia
de que se impliquen y tengan en cuenta el contenido de un
videojuego a la hora de comprarlo, evitando aquellos que potencien
la violencia, el racismo, sean sexistas o antidemocráticos.
Javier Barés, director de la Oficina, reconoció que esta campaña
«se planteó tras detectar que los jóvenes son cada vez más
protagonistas de actos violentos dentro y fuera del seno
familiar».
«Es importante que los padres sepan que todo lo que afecta a los
sentidos de los menores está influyendo en su formación y su
desarrollo, y los videojuegos, que son cada vez más imitadores de
la realidad, con una resolución cada vez más alta que pueden llegar
a confundir la línea entre la realidad y la ficción, pueden influir
mucho en los menores, pues cuanta más violencia absorba un joven,
incluso a través del ocio y el juego, mayor tolerancia va a tener a
la misma y los comportamientos violentos le van a parecer más
normales». Por eso, añadió, si el videojuego no es comprado por los
padres, no saben lo que compran o ya lo han adquirido deberían
estar presentes en el momento del juego del hijo para comprobar su
contenido.
Pero la campaña no advierte tan sólo del peligro de algunos
videojuegos, sino también del uso indiscriminado de la televisión,
Internet y los juegos en general, «que nunca pueden sustituir al
papel de los familiares». La Oficina tiene una página web en la que
se pueden consultar estos consejos: oddm.caib.es
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