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El centenar de acreedores de Brokeval, que presentó un expediente de quiebra en junio de 1994, podrá cobrar un mínimo de 3.300.000 pesetas (unos 20.000 euros) tras el acuerdo del Ministerio de Hacienda de crear un fondo de ayuda a los afectados por la desaparición de agencias de valor como consecuencia del «caso Gescartera». Uno de los abogados que instó la quiebra, Joan Font, confirmó a Ultima Hora que los acreedores de Balears «disponen» de ese fondo mínimo con carácter retroactivo, aunque reclamen una cantidad muy superior, 400 millones de pesetas (unos 2'4 millones de euros).

El «caso Brokerval» se encuentra en su fase final de instrucción antes de que pase a la Audiencia de Palma, donde se celebrará el juicio contra la cúpula directiva de la ex agencia de valores. El borrador del escrito de acusación elaborado por el fiscal Joan Carrau prevé penas de cárcel de entre 6 y 12 años para Francisco Berga, Guillermo Coll, Francisco Tous, Fernando Mulet, Miguel Seguí y Jaime Lerín. Los ex directivos de la agencia de valores, cuya quiebra dio origen al «caso Túnel de Sóller» y una amplia investigación que culminó con la renuncia al cargo de president del Govern de Gabriel Cañellas, serán acusados de apropiación indebida continuada con el objetivo de evitar la prescripción del delito.

Las penas exactas que se pedirán para los acusados variarán según el Código Penal que se aplique. En principio, según las fuentes consultadas, el representante del Ministerio Público ha decidido acogerse al texto legal antiguo porque era el que estaba en vigor en el momento en que se registraron los hechos. En un primer cálculo, el escrito fiscal cifra en unos 600 millones el quebranto sufrido por cientos de inversores de Brokerval. Esa cifra no contempla los cientos de millones de dinero negro (opaco al fisco) que la agencia, supuestamente, empleó en determinadas operaciones.

El «caso Brokerval» se inició en 1994, cuando varios directivos de la quebrada agencia de valores denunciaron las supuestas irregularidades cometidas por los máximos responsables de la entidad. La investigación que siguió a la denuncia culminó el 30 de junio de 1994, con una orden judicial de registro de las oficinas de Brokerval en el centro de Palma y un auto de declaración de quiebra. Algunos días después también fue intervenida judicialmente la sociedad Inverbroker, desde la cual, presumiblemente, se crearon unas sesenta comunidades de bienes para aflorar una elevada cantidad de «dinero negro», que podría rondar los 4.000 millones de pesetas.