El 20 por ciento de los negocios establecidos en Palma -comercios
al por mayor, al detalle y fabricantes- no habían cambiado la
denominación de sus precios de pesetas a euros, quince días antes
de la entrada en circulación de la moneda única, según pone de
manifiesto un estudio encargado por el Ajuntament de Palma a la UIB
basado en entrevistas a 663 empresarios, cuyos resultados dio ayer
a conocer la concejala de Comercio y Consumo de Cort, Lys Riera.
Pese la falta de denominación de precios en euros por parte del
20% de la planta comercial palmesana, práctica que será sancionable
a partir del primer día de 2002, Riera consideró que los resultados
del estudio «son mejores de lo que pensábamos a priori» y destacó
que la mayoría de las empresas de Ciutat estarán plenamente
preparadas el día uno de enero, tanto en precios, como en
contabilidad, programas informáticos o máquinas registradoras.
En todo caso las actividades minoristas se encuentran peor
adaptadas que las de los mayoristas y fabricantes. El 20% del
pequeño comercio no ha convertido aún sus precios frente al 10'4
por ciento de los mayoristas. También se encuentran más adaptadas
las empresas con mayor volumen de empleados sobre las más pequeñas.
El 17'9% de los encuestados declara que aún no ha adaptado a la
nueva divisa sus cajas registradoras, un porcentaje que en el caso
de las empresas que cuentan con máquinas tragaperras, se eleva a un
28'6%.
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