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Cerramos este año en Mallorca con un balance agridulce, porque han sido doce meses que han generado noticias de todo signo, pero especialmente complicadas. Un temporal sin precedentes arrasó la Isla dejando una huella de pérdidas "humanas, económicas y ecológicas" y cierta sensación de impotencia. Así es la naturaleza y también parece ser esa la naturaleza humana que hemos tenido ocasión de vislumbrar en este 2001. Si a nivel nacional conservadores y socialistas cerraban pactos también sin precedentes en asuntos de importancia crucial como el terrorismo y el poder judicial, en el contexto local las lanzas han estado en alto y las relaciones han sido poco menos que explosivas, como se vio en la ridícula guerra protocolaria al inaugurarse "precipitadamente" el hospital de Son Llàtzer.

El enfrentamiento entre populares y progresistas-nacionalistas ha llegado a un extremo tal que han sido incapaces de brindar juntos por las fiestas. Los casos «Formentera», «Bitel» y el contrato blindado de Felio Morey han dominado la vida politíca obligando a dirigentes de uno y otro color a pasar por los juzgados, crispando sobremanera la convivencia. La Justicia debe hacer su trabajo pero la judicialización de la política perjudica a todos.

Más enfrentamientos: la ecotasa y las deterioradas relaciones entre el Ejecutivo y el sector turístico, una situación que quizá sólo encuentre solución cambiando caras y nombres en ambos lados. Y más problemas para el turismo local: la nefasta huelga de transportistas cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo y, como guinda a un buen año turístico, los atentados del 11 de septiembre, que han dejado aquí "como en el resto del planeta" su huella. Curiosamente, el 11-S fue la coartada para que Antich y Munar aparcaran sus diferencias tras varios meses de tensión entre UM y sus socios de Pacte. Así ha sido el año, en el que se han desatado la furia de los elementos y la de los políticos. Pero pese a ello, Mallorca ha superado las vicisitudes y se dispone a afrontar los retos de un nuevo año que vendrá marcado por el euro.