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Un policía local de Campos se incorpora día 1 a una expedición ilusionante: el convoy de Metges Solidaris. Objetivo: ayudar a los necesitados, una ironía del rally motorizado. Rafel Montserrat Manresa (Campos, 1970) emprende un viaje de ésos complicados de planear y difícil de olvidar. Está muy animado y sin miedo. El próximo día 1 de enero de 2002 se incorpora al V Comboi Humanitari de l'ONG Metges Solidaris. El destino es Àfrica Occidental; Marruecos, Sáhara, Mauritania, Gambia, Senegal, Guinea-Bissau y Sierra Leona, entre otros.

La finalidad es hacer llegar ropa de cama, medicamentos, alimentos maternizados y primarios, material escolar y sanitario para distribuirlo de forma directa y personal. También se prevé iniciar una serie de proyectos de desarrollo. Rafel Montserrat es un agente del cuerpo de la Policía Local de Campos. Decidió involucrarse en este convoy al ver, en marzo de este año, un reportaje sobre esta expedición, donde el presidente pedía voluntarios. El campaner envió su currículum, fue entrevistado y, finalmente, seleccionado, junto con otros 20 integrantes, entre éstos, médicos, enfermeras, un cocinero, etc. El grupo parte hoy, pero Montserrat solicitó poder hacerlo el primer día del año nuevo. La vuelta del viaje está prevista para próximo día 23 de enero.

Así las cosas, Rafel Montserrat es el primer ciudadano de les Illes Balears que participa en esta ya consolidada acción solidaria. Un «rally» alternativo, que, sin duda, es una ironía de la famosa competición de coches y motocicletas que se promueve en estas mismas fechas, pero con unas pretensiones del todo divergentes.

La función principal, de este intrépido campaner, será conducir y condicionar vehículos. El programa, con todo tipo de detalles, prevé un trayecto de más de 8.000 kilómetros por recorrer a través de las tierras áridas de Àfrica. Rafel Montserrat se ha visto obligado a viajar en periodo de vacaciones, puesto que solicitó al Ajuntament de Campos poder llevar a cabo una comisión de servicio, pero la institución local consideró que no era oportuno concedérsela. Con esta actitud, el Consistorio campaner, perdió una gran oportunidad para mostrar su sensibilidad social hacia el tercer mundo.