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Víctor, paracaidista destinado en Kosovo, vuelve a casa por Navidad
Víctor Mascaró Saborit es uno de los tres o cuatro paracaidistas mallorquines de la 8ª Compañía con sede en Alcalá de Henares que está destinado desde hace unos tres meses en Kosovo y que por unos días ha vuelto a casa por Navidad. Cuenta Víctor que poco a poco se va acostumbrando a aquel país y a sus gentes. «Todo ha sido cuestión de pasar de la rutina del cuartel, en Madrid, a esta otra rutina», en la que, tal vez lo más fundamental sea «conocer cómo son las costumbres y, sobre todo, cómo son ellos, pues según qué cosas no puedes hacer, ni tampoco comentárselas ya que puede ser una ofensa para ellos». Y ellos se distribuyen en dos etnias, la serbia y la musulmana, cada uno con sus virtudes y defectos e inconvenientes, «que una vez que los conoces dejan de serlos». ¿Que cómo se comunican? «Pues como son gente más o menos lista, en castellano, sobre todo con los niños, ya que casi todos lo chapurrean, incluso lo hablan. Y si no, siempre queda el recurso de los gestos, y cuando no, el intérprete». Tanto ellos como kosovares y serbios tienen muy claro que entre los tres ha de imperar la amistad, «pues unos y otros entienden que somos sus amigos y que estamos allí para ayudarlos». En cuanto a ellos, viven cada uno en zonas distintas «a fin de evitar los roces que se producen cuando se encuentran, pues no se llevan muy bien, tanto es así que en más de un cementerio hemos de montar guardia a fin de evitar pillajes».